COMO EL VIENTO
Al azar del viento
Sabemos que un verde es más verde si está junto a un rojo y viceversa. Los estudios sobre el color demostraron, entre otras cosas, sus condiciones de relatividad. Lo mismo pasa al analizar la relación entre las formas, sus interacciones entre sí y con el espacio que habitan. Estos elementos, básicos y complejos a la vez en la variedad multiplicadora de efectos, son los materiales de Carola Zech.
Trabaja de forma modular, construye piezas en las que el rastro de su mano o el gesto emocional se diluyen en busca de acercarse a una realización industrial. Construye espacios en el encuentro de variadas formas geométricas y colores. Establece presencias que perforan virtualmente muros, techos o suelos e instala direcciones potentes que atraviesan vacíos para dar lugar a otros volúmenes, para obturar o expandir el espacio.
Su obra se inscribe de lleno en la problemática humana al preguntarse: ¿podremos aprender a vivir y resistir en un planeta dañado y crear nuevos lazos con lo que nos rodea? La invitación a intervenir en el jardín de la Embajada de Alemania en la Argentina se presenta como una nueva ocasión para ensayar algunas respuestas.
El azar y la naturaleza en tensión con la producción artística son dos de las dimensiones puestas en juego. La interactividad entre ellas, así como entre los sujetos que recorran este espacio rediseñado dará lugar a experiencias que permitan transitar de la curiosidad a la sorpresa, del juego a la reflexión.
Las obras de Zech reformulan el espacio, iluminan la arquitectura e interfieren el jardín para hacer de este sitio uno nuevo, alterado en el que poner en foco -entre otros aspectos- el impacto de la acción de unos sobre los otros y de todos sobre el ambiente -natural, cultural- en el que convivimos, ya que el espacio es también social y como sabemos, está siempre en construcción.
Diana Wechsler