Instabile
Línea, geometría, rigurosidad, armonía espacial entre los cuerpos y objetos que ocupan ese espacio, combinación de volúmenes, rol protagónico del color, carácter industrial de los materiales, supremacía del impacto visual y la forma constructiva por sobre el gesto, economía de medios en pro de una maximización de los resultados sensibles, son todos recursos, elementos y herramientas, que perfectamente definen la obra de la escultora Carola Zech. Su larga trayectoria nos tiene acostumbrados a relacionarnos con grandes estructuras que nos interpelan e interactúan con nosotros, haciéndonos formar parte del sentido de la obra; porque la artista concibe su trabajo como parte del espacio que ocupa y esto involucra al resto de los objetos que integran ese espacio y al espectador. Carola Zech desarrolla desde hace años una búsqueda tanto estética como formal y sensible, relacionada con los campos magnéticos -claramente extensivo a las relaciones humanas-. Las formas y el color de sus obras, reaccionan ante la fuerza del magnetismo. Sin embargo, en esta oportunidad, esos mismos ejes conceptuales que rigen su producción artística en general, se combinan de una forma novedosa y particular. Aparece la curva como elemento de tensión y el color es trabajado de forma tal que ambos factores plantean nuevas relaciones que merecen ser reelaboradas aun cuando se sigue trabajando una perspectiva que busca armonizar lo racional y lo sensible. Instabile refiere a una cualidad propia del color que es la inestabilidad. El aluminio y la mica de los colores metalizados y perlescentes, son los que dan forma a este concepto, el cual se reafirma si tenemos en cuenta la presencia del magnetismo y la levitación de las formas. El término INSTABILE juega con dos conceptos de Alexander Calder, correspondientes a sus series MOBILE (móviles) y STABILE (estables). Carola Zech cuenta los detalles técnicos: “La muestra presenta y desarrolla dos conceptos generados a partir de una alteración a la mitad de una medida en mi sistema de trabajo: de 10 cm a 5 cm en el espesor de los módulos y de 20cm a 10cm en el ancho de otros, rompiendo de este modo con la ortogonalidad de las propuestas anteriores. Esta alteración genera la posibilidad de construir una curva a partir de la recta y la de construir planos diagonales en la configuración de las formas. Por otro lado, acentúa la posibilidad de percibir la cualidad del color bicapa o tricapa, caracterizado por ser inestable a la percepción. Y esto sucede gracias a la composición de los colores utilizados, hechos en base a aluminios y mica, resaltando su dependencia de la luz. Incluyendo colores tricapa a esta paleta, logro ampliar la capacidad perceptiva al lograr que se vean tres colores en uno solo, dependiendo del ángulo del espectador con respecto al objeto y la incidencia de la luz sobre el mismo”. Claramente se está aludiendo al poder inherente a los colores, el cual opera sensiblemente en nuestras mentes, nos motivan, nos infunden distintos tipos de energía, regulan las temperaturas y condicionan nuestras experiencias perceptivas y nuestros estados de ánimo. El curador de la muestra, Philippe Cyroulnik –quien ya ha trabajado anteriormente con la artista-define con estas palabras su obra: “Carola Zech se inscribe de forma contundente en la tradición de la abstracción geométrica (…) si Zech se reconoce como parte de una tradición pictórica, es claro que su trabajo implica una reconsideración de los parámetros académicos que la inscriben en la tradición de la pintura de caballete; a saber: el lienzo y el empleo de planos de color que remiten a la técnica clásica de la pintura. En la línea de todos aquellos que, del constructivismo al suprematismo y el minimalismo, abandonaron los materiales tradicionales de la pintura, ella se decide por un uso casi sistemático de materiales industriales y de pigmentos asociados a los mismos”. Instabile nos presenta una serie que si bien respeta las reglas de oro de trabajo que Carola Zech sigue consecuentemente marcando una estética propia, en esta oportunidad plantea una relectura, una vuelta de tuerca insertando elementos de tensión como son la curva y, una vez más, el color. Una obra sólida y fundamentada estructural, visual, formal y conceptualmente que nos seduce desde el primer momento con sus juegos geométricos-visuales. La propuesta se completa con sendos dibujos en tinta china que hacen eco en papel, de la obra tridimensional. Carola Zech, artista plástica, docente e investigadora. Recientemente galardonada con el Gran Premio de Honor del Salón Nacional de Artes Visuales 2013, su obra se compone de esculturas, instalaciones, proyectos site-specific y pinturas, y se ha focalizado en desarrollar un sistema metálico-magnético.
María Carolina Baulo