LUMEN
La sala blanca del museo, su lucarna, vidriera y espacios contiguos se transforman en un territorio de experimentación de materiales, de color, de transparencias, de pesos e iridiscencias. Para Carola Zech Lumen es la dimensión visible de la luz que entra, en este caso desde la calle hacia el museo o desde el arte hacia sus espectadores y, por primera vez, el espacio expositivo se convierte para la artista en un territorio para revelar su pensamiento y la investigación previa a la realización de sus obras. En este caso literalmente un catálogo de materiales y colores susceptibles de ser usados y las posibilidades que cada uno de ellos le ofrece para su trabajo.
Así, si en cada momento histórico los artistas incorporaron materiales nuevos al campo del arte, Zech realiza y muestra hoy un arduo relevamiento de productos contemporáneos, en general industriales, y su potencial en el campo artístico, llegando incluso a desafiar los límites de la industria para proponerle ampliar usos y motorizar nuevos hallazgos. Cabe señalar aquí que la artista ha sabido encontrar cómplices propicios que se han prestado a un diálogo generoso y fructífero.
Cada pieza de ese catálogo es, al mismo tiempo, una obra en sí donde la artista ejercita los ejes rectores, aquel colorespacioforma, que han conducido y atravesado su obra. Se exhibe así la densidad de una labor previa al trabajo final (cuál? la maqueta?, la obra instalada?), el proceso, una dinámica perpetua que parece resistirse a una forma definitiva, como si se tratara de una fábrica en constante producción en la cual, llegado el producto a un punto X, se disparara desde allí a inagotables posibilidades nuevas.
De la misma manera el MARCO, el espacio en su totalidad, alteró los proyectos iniciales y propuso, a los elementos del vocabulario de Zech, nuevas situaciones de montaje, de interacción con la luz, la arquitectura y el barrio, ampliando el incesante ejercicio experimental de la artista.
María Teresa Constantín