Magnético 107
En el Magnético 107 (2010) que presenta en Fundación Osde, en el marco de la muestra El espacio en cuestión, curada por Maria Teresa Constantín, despliega el sistema constructivo probando distintas posiciones de los módulos metálicos. La cantidad de los imanes de neodimio en esta obra genera una línea texturada que recorre los intersticios entre las aristas de cubos y prismas rectangulares de distintos formatos y medidas. Tanto el desplazamiento en la superposición de los prismas, la heterogeneidad de las piezas y la visibilidad de los imanes ponen en escena una manera de hacer que opera en forma aditiva, experimentando las afectaciones que produce un cuerpo-color al ocupar un espacio junto a otro. En esta construcción se hace más acusado el procedimiento de una puesta en abismo de la obra. La manera en que convergen sus partes expone al mismo tiempo la solidez de los materiales y la precariedad constitutiva de su interacción.
Como señalamos al comienzo, la propuesta de Zech es interpretar su obra como metáforas de los vínculos humanos. Las configuraciones de bloques metálicos, imanes y colores formarían entonces alegorías, complejos metafóricos en los que las correspondencias y los sentidos figurados se encadenan. A colores, formas y sistemas de unión corresponden temperamentos, relaciones humanas y maneras de estar juntos con características diferentes.
Siguiendo esta clave simbólica podríamos decir que la estructura del Magnético 107 forma una comunidad con tanta energía humana como falta de horizontes temporales que no sean los de un puro presente. El pasado de esa comunidad no es más que la agregación azarosa de estratos, una génesis aluvial en la que las relaciones se suman, sin que se pueda predecir una duración ni garantizar una estabilidad en el tiempo.
Pag 7. Zech 2007/2017, Cartografía de una obra en devenir, Juan Cruz Pedroni, 2017